domingo, 2 de diciembre de 2007

Padovanos ¡Que pasion! - Difusion del Rizado Padovano ( III )

Noviembre. Era una mañana de Domingo muy fría de hace trece años, cuando de buena hora, mi hermano Mario y yo, sobre un viejo, maltrecho e incomodo Opel, partimos hacia Padova. Destino el recinto ferial. A las 8,30 se abrían las puertas de la exposición de los rizados.
Era nuestra intención adquirir algún buen padovano, porque en Brianza era prácticamente imposible: precios fuera de una lógica de mercado, disponibilidad escasa o nula, mediocre calidad en los sujetos puestos a la venta. Objetivamente nos encontrábamos con gran cantidad de problemas. Existía un régimen de monopolio a favor de unos pocos criadores.

En Padova al contrario… una increíble disponibilidad de padovanos, óptimos sujetos en venta, precios equilibrados y de todas formas directamente proporcionados a la calidad del canario. Otro mundo. Tres horas de viaje eran suficientes para emerger en otra realidad; desde nuestra ciudad hasta aquí.

En la muestra un equipo de cabeza lisa digno de elogio, fue descalificado por un solo sujeto que tenía una uña rota. (Recuerdo que desde hacía unos pocos años había entrado en vigor esta injusta norma, que nosotros desde nuestras posibilidades, estuvimos intentando anular).
Como a menudo, desgraciadamente pasa, al no ser un equipo vencedor (aunque sin lugar a dudas estaba en disposición de serlo), no era objeto de mucha consideración, ni de mucha atención por parte de los visitantes, que preferían mirar los equipos vencedores, y esto en una exposición especialista no es muy…

Cómplice también, era la ubicación poco acertada; aquel equipo pasaba, repito, casi inadvertido para la mayor parte de los criadores. Pero no para mi hermano, que viendo esos excelentes canarios me aviso rápidamente y estuvimos pendientes de ellos.
Compramos dos canarios, en cuanto a los otros dos, el propietario, que resulto ser posteriormente uno más de los buenos criadores de la zona, se los quedo para él.
Eran dos hembras amarillas que junto a dos machos que teníamos en el criadero, al año siguiente nos permitió obtener, no sin algo de suerte, indispensable en estos casos, no solo muchas crías, sino además de una calidad excelente, tanto moñas como cabezas lisas, algo que parece difícil de creer. Esto lo sigo recordando a pesar de los años.

Esto comenzó en nuestro criadero de padovanos aquel frío domingo de otoño y desde entonces hasta hoy, nuestra línea de padovanos amarillos, viene de aquellas hembras consort, que mientras estuvieron en el criadero, (tres años) sacaron óptimas crías a pleno ritmo, todas y los tres años. Increíble. Los padovanos que habíamos logrado años atrás, canarios imperiosos, elegantes, en una palabra estupendos, los exponíamos en la muestra de nuestra asociación (la entonces Corona Ferra hoy A.O.M. di Monza) en la que en esos años también exponían algunos criadores de Bérgamo.

Habíamos encontrado los canarios que queríamos para nosotros. Muchos criadores decían exagerando, que estos canarios eran un punto de llegada y no de partida por la experiencia que tenían con otras razas más simples; pero esto no era así. Criar padovanos no es tan fácil como Norte o Fiorinos, esto es verdad, pero si lo es más que criar Parisinos o AGI (rizado gigante italiano).
Los primeros años sin embargo, fueron simplemente desastrosos, sobre todo por la escasa calidad de los sujetos que lográbamos adquirir en la zona. Esto antes de ir a Padova.
En 1993 el club de la ciudad de Padova y el nuestro se unieron por primera vez y la distancia de años despareció, haciéndonos posible tener acceso a una buena selección de campeones.
Pudimos contar con muchos expertos criadores que nos enseñaron muchas cosas sobre la selección y cría de estos canarios y para nosotros al principio fue una gran ayuda.
Bado, Beccaro, Galione, Gomiero, Ventura, muchos de estos criadores que nos llevaban años, siguen estando en la brecha, otros han dejado la cría, pero su colaboración con nosotros fue determinante. No podemos olvidarlos, hablando de nosotros como criadores y de nuestros padovanos.

Criábamos con parejas fijas, en la práctica para los canarios rizados 12-15 parejas todos los años.
Formábamos las parejas a finales de Febrero porque para la mitad de Julio debíamos haber terminado las puestas. Habíamos constatado que con estos canarios, el alargarse en las puestas era contraproducente. Jóvenes que nacían en Agosto, para Noviembre no habían acabado la muda, con todo lo que esto conlleva.

Observábamos siempre y dábamos una grandísima importancia a la composición de la pareja, a la talla, cabeza, cuello y collarín. En otros defectos del plumaje, flancos débiles, hombreras insuficientes o incompletas, jabot no propio en abanico abierto, podemos pasar la mano porque sabemos perfectamente que estos defectos son fácilmente corregibles, pero canarios con cabeza pequeña, nerviosos, corona insuficiente, son en los jóvenes defectos casi imposibles de corregir, como imposible es que de una pareja de padovanos de pequeña talla, nazcan crías grandes.
Sobre la talla actual del padovano, sabemos que habría mucho que escribir, muchas consideraciones que hacer, mucha la problemática a tocar, aunque esto lo veremos en otra ocasión. Volviendo sobre la cabeza pequeña, ¿como pensamos obtener una buena corona o cabeza lisa de un cráneo pequeño y estrecho? Es necesario contar con una buena base de apoyo. En el caso de tener cabeza grande, generosa, redonda, no desdeñamos de meter una pareja aunque los dos sean de cabeza lisa. Sin ningún problema. Muchos defectos de los consort, son fácilmente corregibles acoplándolos entre ellos y no con coronas, pero esta es solo nuestra experiencia.

En lo tocante al collarín, no acoplamos dos sujetos que lo tengan, acoplamos un sujeto de gran collarín con uno que no lo tenga o sea parcial o incompleto.
Si no hacemos esto obtendremos collarines demasiado altos, voluminosos que perjudicarán el jabot y el cuello del sujeto.
Sucede a menudo que un padovano provisto de un óptimo collar delantero que tirando alguna pluma superior del jabot provoca la creación de un pequeño agujero en la parte central del mismo. El famoso hueco alto del jabot.
Es un efecto colateral provocado al collarín, pero para nada grave. No debemos asustarnos por esto, continuaremos criando nóveles de estas características.
Para lo demás, lo acostumbrado, los usuales acoplamientos por compensación, aún cuando siempre es mejor poner a criar dos sujetos óptimos.
Vale también para el padovano el acoplamiento de nevados por intensos, aunque para estos canarios hablar de intensos sea también decir plumaje apretado, corto.
En esta raza particularmente, los canarios válidos para la reproducción , no siempre lo son para los concursos, ya por la cuestión del collarín ( con la vigente normativa, un padovano desprovisto de collarín no puede obtener más de 89 puntos) ya por el plumaje (nevado), que siempre impiden que estos canarios venzan, ya porque los canarios con una hombrera escasa o mala (obviamente no son de concurso) o bien con otros defectos similares en el plumaje; pero si tienen una talla óptima o una buena cabeza y cuello, frecuente y justamente se utilizarán en nuestro aviario para la reproducción.
La experiencia nos ha enseñado que es más fácil corregir los defectos del plumaje, meter collar a los padovanos que no lo tienen, corregir los hombros, arreglar el abdomen, que eliminar los defectos de cabeza y cuello.
En conclusión, los padovanos destinados a los concursos, son una cosa y los destinados a la reproducción son otra.

Esto es una práctica que vale para muchas razas, es cierto, pero sobre todo, para el padovano.
Para el resto, las notas de selección son las mismas, (no es que yo lo diga) cito al Sr. Ronco, sobre Alcedo, Marzo 2002 para sus Crest, aunque no es el caso reproducir aquí todo el artículo.
Todos los criadores procuramos echar cada año las mejores parejas, con la firme convicción de obtener de ellas los mejores nóveles. Todo esto es lo normal, pero no siempre es así, no podemos olvidar, en efecto, que la naturaleza al fin, sigue pautas que desconciertan a la ciencia.
De una pareja de bellos canarios, de hecho podemos obtener canarios feos, malos, pero de una pareja de malos canarios nunca obtendremos buenos ejemplares… esto es un hecho.
En la raza pesada (AGI, Parisino, Padovano) los machos adultos, dan más seguridad de fecundación, que los jóvenes, y también por esta razón en la cría, si el pájaro lo merece, usamos sujetos de más años, teniendo la precaución de no alargarles demasiado la cría, sobre todo a los más viejos, para no fatigarlos excesivamente.
Damos todas las vueltas posibles para no recurrir a las nodrizas, aunque no hay que descuidarse y echarlas en el olvido, un buen criador de padovanos debe siempre tenerlas a punto por si acaso.
No todas las hembras, sobre todo aquellas más grandes, crían a la prole. Pero para esto cada uno ha de hacer sus propias pruebas porque la experiencia de cada uno es mejor que lo que nos puedan decir.

Un truco: cuando tenemos un joven corona, provisto incluso de collar posterior (cosa que me parece verdaderamente difícil) para evitar que durante la fase de muda, creciendo, vaya a interferir, rompiendo la parte posterior de la corona (la pluma del collar aumenta su largura creciendo y la de la corona bajando) y todo esto en poco espacio, cortaremos a finales de Julio la pluma del collar, para permitir a la corona que se desarrolle regularmente.
Una vez completada la corona, las plumas posteriores del collar creceran y ya no obstaculizaran la corona. Es una buena cosa para desarrollar estas dos características en dos fases diferentes.
Cierto es que si los collarines fuesen exactamente como están previstos en el standard de la raza esta treta no nos serviría. Pero desgraciadamente el estado actual de los collarines no es este, por lo que nos vemos forzados a hacer virtud de necesidad.

Hasta terminada la muda, difícilmente se podrá saber qué nóveles serán buenos y cuales no, esto desgraciadamente es así para todas las razas de rizados. Un canario maravilloso en Julio, a menudo en Noviembre ya no lo es tanto. Por esta razón, elegimos y separamos de a dos en jaulas de 60 cm. a los jóvenes destinados a los concursos, una vez terminada la muda.
Hasta entonces todos hacen la muda en la voladera poniéndoles baño cada 2 semanas, en el cual disuelvo un podo de vinagre o una pizca de bicarbonato de sodio.
Una última cuestión, la presunta dificultad en la cría de rizados, ahuyenta a los jóvenes criadores siendo esto, un mito a romper, porque la cosa no es así. Razas como el fiorino, el rizado del norte, el rizado del sur e incluso el gibber, son muy prolíficos. Los padovanos, no son difíciles de criar, excepto algunas parejas como ya he descrito antes, ellos crían toda su prole, no dan problemas en su cría porque son robustos y duros, el precio de un buen padovano no supera el de un buen canario de color. Hagamos también por derribar este mito. Si nos decidimos a criar rizados, no tendremos mayores problemas.

Sovico 04.11.2002F.lli ValendinoVía Cialdini, 120050 Sovico (MI) Telef.0362915516E-Mail: gvalendi@rivolta.it

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